Colección de lecturas
 

La fe en la periferia de la historia
por Juan Driver
Copyright © 1997 Ediciones SEMILLA (Guatemala) y CLARA (Colombia)


Contenido

Prólogo

Prefacio

  1. La historia del pueblo cristiano
  2. Hacia una visión bíblica del pueblo de Dios
  3. Un vistazo a los siglos II y III

Movimientos antiguos

  1. El montanismo
  2. El monasticismo
  3. El donatismo

Movimientos medievales

  1. Pedro Valdo ylos valdenses
  2. Francisco de Asís y los Hermanos menores
  3. Juan Wyclif y los lolardos
  4. Pedro Chelcicky y los Hermanos checos

Movimientos del siglo XVI

  1. El evangelismo católico y Juan de Valdés
  2. El radicalismo en el contexto luterano
  3. El anabautismo en el contexto zuingliano
  4. El anabautismo en los Países Bajos

Movimientos del siglo XVII

  1. Jorge Fox y los cuáqueros

Movimientos del siglo XVIII

  1. El pietismo y la Iglesia de los Hermanos
  2. Juan Wesley y los metodistas

Movimientos del siglo XIX

  1. La Iglesia Cristiana Discípulos de Cristo
  2. Los Hermanos de Plymouth

Movimientos del siglo XX

  1. El pentecostalismo
  2. Las comunidades eclesiales de base

Epílogo

Bibliografía complementaria

Acerca del autor



Prefacio

Hace más de veinte años, en Buenos Aires, escuché al profesor Enrique Dussel bosquejar su visión para escribir una historia de la Iglesia desde el lugar del pueblo humilde y sin poder. Como heredero espiritual de la reforma radical, tal enfoque me pareció la manera más indicada para contar nuestra historia. Desde esa perspectiva, este libro narra una versión de la historia del pueblo cristiano. Se trata de una historia alternativa. Describe la historia tal como es percibida por los marginados; por los «pequeños», como Jesús solía llamarlos en los Evangelios; por los «herejes», como se han denominado desde el tiempo de Constantino; por los movimientos minoritarios, al estilo de las minorías abrahámicas y mesiánicas de la historia bíblica. Los sujetos y protagonistas que aquí narran su historia son los pobres y los oprimidos. Cuando todo parecía indicar que no tendrían acceso a la salvación, son ellos, precisamente, los que se han visto sorprendidos por la gracia de Dios y por su iniciativa misericordiosa. Ellos protagonizan una historia de testimonio mediante una misión profética sellada con el martirio. Es la historia de un pueblo que, sin contar con el poder humano, se siente llamado por Dios a participar de su misión en el mundo.

Este relato de las memorias del pueblo de Dios no destaca primordialmente los concilios ecuménicos, con sus debates teológicos y con las definiciones dogmáticas que resultaron de sus deliberaciones. Tampoco incluye la historia de las relaciones de los emperadores y príncipes con el papa y los obispos, en sus esfuerzos por resolver los problemas de la cristiandad, tanto en la Iglesia como en el imperio. Ni siquiera repasa las cruzadas ni las conquistas, emprendidas en nombre de Dios y en pro de la «evangelización».

Esta historia toma sus pistas de la visión que se encuentra en la Biblia. En la visión bíblica del reinado de Dios y de su justicia salvadora se hallan las claves para su interpretación. En las páginas de las Escrituras se describe y se descubre a un pueblo que siempre ha confesado que Dios es Rey, y vive en la plena certidumbre y esperanza de que Él reinará para siempre. Este pueblo —junto con el salmista— ensalza ese reinado y canta al «que hace justicia a los agraviados, que da pan a los hambrientos. … liberta a los cautivos … abre los ojos a los ciegos … levanta a los caídos … ama a los justos … guarda a los extranjeros … y al huérfano y a la viuda sostiene» (Salmo 146:6-9).

Los relatos que siguen representan la continuación de la historia de ese pueblo mesiánico que vivía en la expectativa de una restauración radical de los valores del reinado de Dios en todo su vigor y plenitud. En sendas declaraciones programáticas, los primeros voceros de este movimiento restauracionista vislumbraron el futuro de manera realmente sorprendente: «Engrandece mi alma al Señor; … Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre. Y su misericordia es de generación en generación a los que le temen. Hizo proezas con su brazo; Esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones. Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes; y a los ricos envió vacíos. Socorrió a Israel su siervo; Acordándose de la misericordia.» ... «Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. …  Mas ¡ay de vosotros, ricos! porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados! porque tendréis hambre. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis.» (Lucas 2:46-54; 6:20-25)



Acerca del autor

Juan Driver nació en 1924, y creció en Hesston, Kansas (EE.UU.), donde se graduó en la Academia Hesston. Ha recibido los siguientes títulos académicos: B.A. en GoshenCollege (IN) en 1950; B.D. en el Goshen Biblical Seminary en 1960; y S. T.M. en la Perkins School of Theology en DalIas, en 1967.

Juan Driver y su esposa Bonita Landis son padres de tres hijos. Tanto él como su esposa sirvieron en el programa de servicio voluntario del Comité Central Menonita en Puerto Rico; Juan de 1945 a 1948, y Bonita entre 1947 y 1948. Desde 1951, han trabajado como misioneros y profesores en diversos países de América Latina, el Caribe y España, bajo los auspicios de la Junta Menonita de Misiones de Elkhart, Indiana. En Puerto Rico (1951-1966); Uruguay (1967-1974); España (1975-1980); Argentina (1981); y nuevamente en España (1983-1984) y en Uruguay (1985).

Durante su primera residencia en el Uruguay, Juan fue profesor de Historia de la Iglesia y Nuevo Testamento en el Seminario Evangélico Menonita de Teología, donde también se desempeñó como decano de estudios hasta su cierre a finales de 1974. Desde 1985, cuando regresaron al Uruguay por invitación del Centro de Estudios y Retiros de la Iglesia Menonita, Juan alterna su actividad docente con su labor literaria como escritor. Durante cuatro décadas ha desarrollado su ministerio docente en muchos países latinoamericanos, ya sea como conferencista o como profesor de instituciones teológicas.

Desde 1984, cuando surgió en Centroamérica el Seminario Anabautista Latinoamericano, Juan ha colaborado continuamente como profesor en las áreas de estudios eclesiológicos, éticos y pastoral es, aportando —paralela­mente— significativos recursos escritos que se han convertido en libros de texto básicos en diferentes seminarios teológicos.

Actualmente, Juan y su esposa residen en Goshen, Indiana, donde continúan alternado y compartiendo sus labores docentes y literarias en el mundo de habla hispana, tanto en América Latina y el Caribe como en los Estados Unidos y España.

Además de diversos artículos aparecidos en revistas especializadas, Juan Driver ha escrito muchos libros y ensayos relacionados con su actividad docente y ministerial, la mayoría de ellos publicados tanto en español como en inglés. Algunos ya han sido traducidos al portugués. En español destacamos los siguientes: El pacifismo cristiano (Methopress 1970); Comunidad y compromiso. Estudios sobre la renovación de la Iglesia(Certeza 1974, Herald 19852, CLARA-ABUA 19953); Militantes para un mundo nuevo (Ediciones Evangélicas Europeas 1978); Una historia de la Iglesia desde la perspectiva de la Iglesia de creyentes (Literatura Evangélica 1978); El Evangelio: mensaje de paz (Mostaza 1984, Semilla 1987); Contracorriente. Ensayos sobre la eclesiología radical (Semilla 1988, 1994); Pueblo a imagen de Dios. Hacia una visión bíblica (CLARA 1991); El Espíritu Santo en la comunidad mesiánica (CLARA 1992); Cómo los cristianos hicieron la paz con la guerra (Semilla 1993); La obra redentora de Cristo y la misión de la Iglesia (Nueva Creación 1994); Imágenes de una Iglesia en misión. Hacia una eclesiología transformadora (en prensa).

 
 
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