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  Nº 136
Septiembre 2014
 
 
Algunas actividades recientes
de la ONG menonita/anabautista MCC
—recopilado de comunicados de prensa de MCC

Gaza

Acción en Gaza e Israel

El Comité Central Menonita (MCC) por medio de uno de sus socios desde hace tiempo en Gaza, el Foro de Desarrollo Al Najd, proveyó ropa de cama de emergencia para unos 2.000 desplazados, unas 150 familias, en el este y norte de Gaza a finales de julio.

El proyecto, de unos 24.500 euros, consistió de colchones, sábanas, almohadas y esterillas de plástico.

Para la quinta semana del conflicto más reciente entre Hamás e Israel, la BBC informó que la cifra de muertos palestinos había superado los 1.900, mayormente civiles. Más de 60 israelíes, casi todos soldados, han muerto también.

Antes, también en julio, MCC y Al Najd habían completado una distribución de unos 17.500 euros de alimentos adquiridos localmente, entre 230 familias de Gaza. MCC está considerando otra respuesta adicional de provisión de alimentos.

Otras necesidades abundan en Gaza, según un informe del 23 de julio de la Oficina Para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU. Entre ellas figuran el agua e infraestructura de saneamiento. Seis estaciones de bombeo de aguas residuales y 15 pozos están inhabilitados, lo cual deja a 1,2 millones de personas ­­—más de dos tercios de la población de Gaza— con acceso limitado o nulo a agua y saneamiento.

Al Najd es una organización basada en la propia comunidad, iniciada por mujeres para brindar programas y servicios para mujeres y sus familias.

«MCC se sigue comunicando a diario con nuestro socio Al Najd en Gaza» —dijo Joanna Hiebert Bergen, una representante de MCC en Palestina e Israel. «Están agotados pero siguen trabajando sin parar para hacer llegar alimentos y otras provisiones a familias cuyos hogares y medio de vida han sido destruidos y que a la vez están de duelo por la pérdida de seres queridos […] La situación es absolutamente desesperante. Sin embargo todas las conexiones socias de MCC siguen trabajando para socorrer a los más afectados». Hiebert Bergen y su esposo, Dan Bergen, también representante de MCC, son de Winnipeg, Canadá.

En julio MCC se unió a otras 33 organizaciones para reclamar «un alto el fuego y una solución sostenida con miras a la paz».

J. Daryl Byler, anterior representante de MCC en la región junto con su esposa Cindy Lehman Byler, está organizando reuniones mensuales este año en EEUU con iglesias y otros grupos que desean explorar vías para la paz en Palestina e Israel. Byler es ahora director ejecutivo del Centro de Justicia y Acción por la Paz de la Universidad Menonita del Este, en Harrisonburg, Virginia.

MCC ha trabajado con socios en Palestina durante más de 60 años y con socios en Israel durante más de 40 años. MCC trabaja contra la violencia contra todas las gentes que viven en la región y se ha comprometido a acompañar a sus socios palestinos e israelíes en su lucha continua de soluciones de raíz para obtener justicia, paz y reconciliación para todos.


Acción ante la migración de niños de Centroamérica

Niños

Desde octubre de 2013, más de 80.000 niños han llegado a EEUU como parte de un éxodo desde Centroamérica. Más de 50.000 han hecho el viaje de 1.500 km sin sus padres. Se la han jugado ante peligros de violación, asesinato y tortura para huir de las condiciones que imperan en su país de origen.

Esta crisis humanitaria no sólo afecta a EEUU. Desde 2008, los países vecinos han visto un incremente de 712 por ciento de inmigrantes desde Honduras, El Salvador y Guatemala, que solicitan asilo. Una investigación reciente del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, halló que más de la mitad de los niños no acompañados que llegan a EEUU cumplen los requisitos para obtener protección internacional, pero que muchos no están recibiendo esa protección.

EEUU es uno de tres países que no han firmado la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño de la ONU. EEUU tampoco ha firmado la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de la ONU de 1951 ni la Declaración de Cartagena sobre los refugiados. Por consiguiente, aunque EEUU suele animar a otros países a aceptar con generosidad la llegada de refugiados, no ha firmado ningún acuerdo que lo obligue a aceptar en sus propias fronteras a refugiados como los que llegan desde Centroamérica.

Muchos miembros del Congreso de EEUU, así como el gobierno de Obama, pretenden quitar algunas de las protecciones legales, para permitir deportar a niños centroamericanos rápidamente sin más que una entrevista de 15 minutos. Eso es menos tiempo que el que dedican a publicidad en EEUU en una hora las emisoras de televisión. Pero esas protecciones que ahora procuran invalidar, son críticas para asegurar que la seguridad de los niños y las familias pueda ser evaluada adecuadamente.

«Como cristianos» ­—asegura MCC en un comunicado reciente— «no podemos apoyar acciones que quitan protección legal a niños que huyen de la violencia y que pretenden devolverlos rápidamente a condiciones peligrosas. La Biblia nos insta a que: “Permanezca el amor fraternal. No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles” (Heb 13,1-2). Nuestras acciones presentes no promueven el amor. Los niños que cruzan nuestra frontera tienen el potencial de ser en el futuro líderes por la paz; pero estamos buscando la forma de devolverlos a una vida de violencia y sufrimiento. En lugar de disminuir sus derechos a la protección de la ley, deberíamos estar ayudando a esos países a atajar las causas de fondo de violencia y pobreza en sus comunidades de origen».

La declaración de MCC exhorta: «Inste a sus miembros del Congreso y al presidente [de EEUU] a tratar a los niños y sus familias que huyen de la violencia, con amor y compasión y a trabajar por políticas que mejoren la situación en sus países de origen, para que no se vean obligados a huir».

—Y a los lectores y las lectoras de El Mensajero, instamos a redoblar nuestras oraciones por la paz y la justicia en el mundo, en lugares como Israel y Palestina; Honduras, El Salvador, Guatemala y Estados Unidos; así como también aquí en España y en Europa. Oremos también por la red de obreros de MCC en todo el mundo y por su obra de ayuda humanitaria «En el nombre de Cristo» (el lema de la organización).

 

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