Continúa sin tregua la crisis en el Congo
por Bill Braun, redacción de Canadian Mennonite[1]
 

Congo
Monique Meta, una dirigente entre los desplazados, que también ha recibido alimento, abrigo y provisiones de  la Iglesia Menonita del Congo, posa durante la distribución en el poblado de Tshikapa, República Democrática del Congo. Es una viuda con nueve hijos, que ha perdido todo lo que tenía por culpa de la violencia en Kamonya, donde vivía.     Foto: Kyanza

Waterloo, Ontario (Canadian Mennonite), 7 de diciembre — Continúa el sufrimiento en la región de Kasaï en la República Democrática de Congo, como secuela del conflicto armado que desplazó se calcula que a 1,4 millones de refugiados, entre los que se cuentan miles de menonitas. La región es donde nació la Iglesia Menonita del Congo, una iglesia con más de 200.000 miembros.

En agosto el Comité Central Menonita (MCC) informó de 36 muertes confirmadas entre los menonitas del Congo, 12 escuelas de la iglesia destruidas o atacadas, 16 iglesias destruidas o atacadas, 342 hogares particulares destruidos y miles de personas desplazadas.

Aunque han menguado las matanzas indiscriminadas y la destrucción de poblados enteros —que han protagonizado los que se tacha de rebeldes pero también las fuerzas gubernamentales y milicias paramilitares tribales— ahora lo que hay es un sin ley generalizado. Se ha dado rienda suelta a tensiones de largo arraigo entre grupos étnicos.

Algunos de los desplazados han regresado, pero otros muchos no. Algunos no tienen nada a qué volver, según Bruce Guenther, director de MCC para la respuesta ante desastres. Además de la destrucción y el trauma duraderos, la situación económica en esta región especialmente pobre de uno de los países más pobres de África se ha tornado desesperante. En muchas partes, el conflicto ha provocado que se perdieran dos temporadas de siembra. El valor de la moneda nacional también ha decaído mucho.

MCC está coordinando una respuesta de emergencia, con la estrecha colaboración de organizaciones de la iglesia menonita congoleña y con el apoyo de nueve organizaciones anabautistas en Canadá, Estados Unidos, Francia y Suiza. Dicha respuesta incluye la distribución de alimentos para un mes, junto con lonas impermeables y jabón para 460 familias desplazadas en Kikwit y Tshikapa. El valor de la ayuda distribuida hasta ahora es de 122.438 dólares.

En una nota de prensa de MCC, Edele Kvanza, que ayudó a coordenar la respuesta, ha dicho que debido a la escasez de campamentos para personas desplazadas, muchas familias han alojado a personas que huyen de su hogar.

—En muchos casos se trata de una familia muy pobre que da acogida a otra familia muy pobre— dice—. Cuando se da apoyo y asistencia a esas familias, se está repartiendo armonía y paz.

El Congreso Mundial Menonita informó en el verano que las iglesias menonitas en la vecina Angola habían acogido a refugiados menonitas, entre otros, incluso unos 290 niños no acompañados por mayores que vivían fuera de los campamentos para refugiados, en iglesias menonitas o en hogares de sus miembros.

La ONU informa que solo una proporción pequeña de los fondos requeridos para afrontar la crisis en Kasaï han sido donados por la comunidad internacional.

Un cooperante de una iglesia norteamericana, que por motivos de seguridad ha pedido quedar en el anonimato, informa que algunas personas que aspiraban a asistir a reuniones en Kasaï no han podido por impedimentos económicos o razones de seguridad relacionadas con el conflicto. Muchas personas que llegaron desde poblados alrededor tenían miedo de volver a sus hogares, porque el dinero que tenían para viajar les había sido quitado en los muchos puestos de control en las carreteras de la región, cosa que no solía pasar con la misma frecuencia antes de la rebelión.

También informó de un caso donde un soldado engañó a una mujer pobre de un poblado para que le vendiera algo de carbón vegetal por unos 25 céntimos de dólar menos que el precio que habían acordado. Cuando la mujer, embarazada de siete meses, quiso que le devolviera el carbón, le pegó un tiro en el abdomen, del que acabó muriendo. No hubo ninguna investigación del suceso. El cooperante que contaba esto dijo que la gente siente que no tiene a quién recurrir.

Según este mismo cooperante, nadie espera nada del gobierno. Pero al contrario, cuando aparecen personas caritativas dispuestas a socorrerles en sus padecimientos, eso sí es fuente de esperanza.

—Todos estamos necesitados de salvación en ese sentido —añade—. Todos necesitamos amor.

Las organizaciones que apoyan esta distribución incluyen: Africa Inter-Mennonite Mission; Caisse de Secours (ONGD de la Iglesia Menonita de Francia); International Community of Mennonite Brethren; MB Mission; Mennonite Church Canada Witness; Red Menonita de Misión; Congreso Mundial Menonita; y la Conferencia Menonita de Suiza.


1. Traducido de la web de la Red Menonita de Misión