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  Nº 124
Julio-Agosto 2013
 
  Java

Archivo histórico
La conversión de Tunggul Wulung

Indonesia, a mediados del siglo XIX. Hay muchas versiones interesantes acerca de cómo Tunggul Wulung se hizo cristiano. Según una historia que circulaba entre las gentes de los pueblos, un día cuando Tunggul Wulung se despertó, encontró un pedazo de tela cubierta con las palabras de los Diez Mandamientos, debajo de la esterilla sobre la que dormía. Como javanés que era, Tunggul Wulung creía que hallar este pedazo de tela era una revelación de Dios para él. Así que empezó a tratar de descubrir el significado de los Diez Mandamientos. Cuando se enteró que había una fe que enseña los Diez Mandamientos, Tunggul Wulung intentó solapadamente enterarse acerca de esta enseñanza y estudiarla. Y ciertamente esta enseñanza concordaba mucho con su visión para la construcción de un pueblo libre.

Cuando conoció el grupo de cristianos en Ngoro (a unos 40 km del Monte Kelud), Tunggul Wulung se sintió muy atraído por la vida de comunidad de este grupo. El poder místico del que hablaba la gente de esa comunidad sólo hizo que aumentara su interés. Por ejmplo en 1848, cuando hubo una erupción del Monte Kelud, el pueblo de Ngoro no fue tocado por la lava. Y en 1852 cuando hubo una hambruna a lo largo de Java Oriental, seguía habiendo arroz en Ngoro. Un cristianismo fuerte atrajo a Tunggul Wulung, porque no era solamente otra enseñanza religiosa más, sino poder para el cambio, rico en esperanza mesiánica. El cristianismo sobrepasaba la sabiduría mística javanesa y las enseñanzas del Islam que propugnaban los santris.

En la opinión de Tunggul Wulung, el cristianismo era sabiduría nueva, cargada de poder místico. Esta idea se confirmó cuando Tunggul Wulung conoció a Endang Sampurnawati, también buscadora de sabiduría, que acabó siendo su esposa. Esta sabiduría se podía expresar en acertijos, como en el Antiguo Testamento. Uno de esos acertijos, enseñado por Tunggul Wulung, dice: «El Rey Justo llega como un huésped. Pero el huésped sirve al anfitrión. Viene sin ningunas provisiones.» La respuesta de este acertijo bien podría señalar hacia Jesucristo.

La sabiduría cristológica creó una nueva concientización en el camino espiritual de Tunggul Wulung y Endang Sampurnawati. Su creencia en una cristología mesiánica encajaba con el misticismo javanés que se basaba en la esperanza de la llegada del Rey Justo, el Salvador. «La sabiduría cristiana» no era solamente más elevada que la sabiduría javanesa sino que expresaba la certeza de salvación de una manera claramente comprensible. El cristianismo era más profundo que la sabiduría javanesa porque daba respuesta al sentido de la vida, en la enseñanza acerca de la forma personal de la misericordia de Dios, Jesucristo. Jesucristo, el Hijo de Dios, descendió al mundo y fue absorbido al mundo. Jesucristo no es una imagen visionaria del Rey Justo que ha de venir, sino que ya está presente aquí y viene garantizando salvación para los que ya vivían mucho antes de la venida de Jesucristo. Y a Tunggul Wulung le atraía el propósito de la venida de este Rey Justo —Jesucristo— que no vino para que le sirviesen sino para servir. Esto era realmente extraordinario.

Impelido a profundizar su conocimiento de este cristianismo que tanto le inspiraba, Tunggul Wulung fue a Mojowarno, en Java Oriental, para conocer a Jellesma [misionero menonita neerlandés] y rogar su guía. Se calcula que el número total de cristianos en Java Oriental ya alcanzaba la cifra de 530 personas en 1850.

—por Adhi Dharma, en el libro: Iglesias en diálogo con tradiciones asiáticas, que saldrá en breve, en la serie de Historia Mundial Menonita.

 
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